
Las experiencias transcurren desde estados compartidos por los intérpretes y por mi, abordando problemáticas como violencia, angustia, olvido, sueños, rutina y suicidio, y otros como patetismo, desmoronamiento, fragilidad, homogenización y vacío, que fueron apareciendo durante el transcurso de la creación. Por la desigualdad de cada uno de estos elementos la representación la realizo de manera inconexa entre cada uno de los componentes, son escenas independientes unidas simplemente por una sobre posición de las mismas y por el tiempo. Pese al dramatismo del problema, plasmado en momentos de fuga que nos enseñan a través de guiños la dimensión más radical del absurdo, la obra en su mayoría posee un tono irónico, instantes de humor que siempre hablan a partir de algunas de estas emociones o sentimientos, siendo así el recurso para reírnos, burlarnos de nosotros mismos y de nuestro mundo caótico.

Finalmente aunque las reacciones puedan ser diversas, Lapsos Racionados se ha instalado como un espacio de libertad, y no es más que un instrumento en donde se plasman y cristalizan situaciones que surgieron a partir de las observaciones realizadas en el diario vivir. La obra entonces se establece como un viaje por cada una de ellas, dejando de lado las convenciones dancísticas, en cuanto a forma y estructuración de una obra común, igual que el absurdo que nos al instala en un mundo abandonado y desprovisto de cimientos reales. La conexión o hilo conductor es arrojado al vacío y la idea de envolver al público en un estado único es descartada.

FOTOGRAFÍAS ESTRENO
Fotografías de José Alvear: tallerfotografia1@hotmail.com